Hace bastantes años que visitamos por primera vez este restaurante y en todo este tiempo no ha cambiado ni su cocina ni el trato familiar de sus dueños.
Se trata de un único salón de aire rústico, decorado con relojes de pared, radios antiguas y una chimenea donde se cocinan carne, butifarras y el reclamo de la casa: la coca con anís y chocolate.
La propietaria, una señora mayor (la abuela más famosa de Vic gracias a un vídeo de Youtube) coloca tabletas de chocolate entre dos trozos de coca que previamente han calentado y anisado en las brasas y golpea con el puño hasta que el chocolate queda fundido. ¡Buenísima!
El resto del menú: ensaladas, tablas de embutidos y quesos imposibles de acabar, entrecots, butifarras, solomillos, todo productos de la zona.
Muy bueno, barato y auténtico. Conviene reservar
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